Parece una exageración. Parece que carezca de importancia.
Pero para apreciar el color, el aroma y el sabor del vino, la copa es
fundamental. La copa, y como la cogemos. Esta deberá ser lo suficientemente
ancha y profunda de boca para evitar inclinar la cabeza hacia atrás. Por lo
contrario, si bajamos la cabeza, el vino se distribuirá por los laterales del
paladar, y de la lengua, y no se quedará tan solo en el fondo de paladar y la
punta de la lengua. Únicamente así detectaremos el cuerpo de los vinos con larga vida. Así, y cogiendo la copa por su tallo.
Contra más largo y delgado sea su pie, más fácil nos
resultará cogerla sin necesidad de tocar el cuerpo de la copa. Y es que
cogiéndola por el cáliz, la copa se mancha, el vino se calienta, dejamos de
apreciar su perfume natural y también todo su sabor. Es una cuestión de coger
la costumbre, de iniciar buenos hábitos. Parece una exageración, pero no lo es.
Es un pequeño ritual que vale la pena probar y consolidar.
How to take
(perfectly) a glass of wine?
It may seems exaggerate. Maybe even meaningless.
However, to appreciate the color, the smell and the taste of any wine, the
glass is essential. The glass, and the way we take it. That will have to be
sufficiently wide, with a deep funnel mouth not to lean back our head. On the
contrary, if we bend down our head, the wine will be distributed along both
sides of the paladate and the tongue, not only though the bottom of our
paladate and the tip of our tongue. Just then we will appreciate the wine
itself. Also, of course, taking the glass by its base.
As longer and thinner is its base, easier is to
grab the glass without touching the funnel mouth. If we take it through the
top, the glass gets dirty, the wine gets warm up, and we stop smelling its
natural perfume and its whole flavor. It is a matter of costumes; of getting a
good habit. It seems an exaggeration, but it is not. This is a simple ritual
that deserves not only to be tested but also to get strengthened.
